ENCUENTRA LOS DETERMINANTES
En la pequeña ciudad vivía un niño curioso que tenía muchos libros en su habitación. Cada tarde, el niño abría sus cuadernos y leía esas historias llenas de aventuras. Algunos amigos venían a jugar, pero otros preferían escuchar los cuentos. Este niño siempre compartía su tiempo y todas las cosas con alegría. Aquella costumbre lo hacía muy feliz, porque la lectura era su mejor tesoro.
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